martes, 25 de enero de 2011
Esta tarde ha sonado el teléfono a las cuatro y era ella. Su voz tiene la ternura de un crepúsculo y cuando la escucho hay algo que tirita dentro de mí, algo se descubre aquí dentro, en mi pecho, y empiezo a tener ganas de estar cerca de ella, de ir descubriendo su cuerpo a base de pegar mis labios en su piel, su voz tiene ese poder, de hacerme recordar que la quiero y la deseo desde la primera vez. Mi amante, mi mujer, cuando me mira, cuando me susurra fantasías y recuerdos. Esta tarde ha sonado el teléfono y era ella, no me puedo callar, ha dicho que me desea con su voz felina de media noche, ha dicho que estaba desnuda sobre la cama y ha pensado en mi. Y yo simplemente he empezado a arder como nunca. De solo imaginarla desnuda me derrito. Su cuerpo frágil tendido en la cama, esperándome, las piernas cruzadas esperando que llegue con mi deseo para descubrir su vientre, su vulva y me sumerja en ella, húmeda ella, y vaya abriéndome camino dentro de ella, mi amor, mi amante, la deseo de sólo pensar que esta noche estaremos retozando en la cama y ella estara húmeda de mí.
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