viernes, 11 de febrero de 2011

...continuando.

...Arquea un poco más las piernas y me hace descubrir en todo su esplendor su sexo, sus labios vaginales tersos, rosados aún en la penumbra de las sabanas. Me acerco a su vagina entre el deseo y la locura, abro mi boca con la intención de tomarla entera, pero en el ultimo segundo prefiero llevarla al linde de la sinrazón a base de pasos lentos, así que saco mi lengua y  rozo, otra vez, sus labio vaginales. Siento su calor corporal através de su vulva, siento esa humedad tropical del deseo que hierve, que tirita con cada movimiento de mi lengua entre los pliegues de su vagina, tocando tímidamente su clítoris, succionando su deseo. Yo no sé si esta despierta o cree que sueña, pero gime cada vez un poco más con los ojos cerrados. La penetro con mi lengua. Ella lleva su cuerpo hacia arriba en el primer segundo, pero una vez dentro mi lengua, viene hacia mí abriendo más sus piernas, presionando más su vulva en mi boca. Es delicioso tenerla tan mojada y poder saborearla. Con mis manos voy envolviendo sus piernas, como si fueran serpientes, voy subiendo por ellas al tiempo que las aprieto, las presiono, las reclamo como propiedad mía y ella se agita, levanta su cadera entre gemidos aún tímidos, aún de ensueño. Mis dedos llegan a su pelvis. Mi lengua serpentea dentro de su vulva con mis labios aferrados a sus labios vaginales. Ella quita las sabanas de encima porque ambos nos quemamos y de pronto respiro su sudor de mujer y eso me excita  todavía más. Le lamo la vulva con más pasión, con más deseo. Estoy erecto, duro. Mi pene también esta apunto de reventar y me quema. Salgo de ella con mi boca y subo mi sexo a su sexo. Mis labios pueden besarle los oídos y si se vira hasta la boca. Ella toma mi pene con su mano y le conduce a su vagina. Mi glande se posa en su intimidad. Todo hierve. Todo calienta de una manera que aloca, hay una vorágine en la habitación que puede ser mortal por el deseo. Entonce aprieto mi cuerpo hacia ella. Mi glande se abre paso y la penetro. Ella me recibe arqueando sus piernas. Entro con facilidad por la humedad de ambos. Tomo sus senos con las manos y juego con ellas. Estoy muy dentro  pero aun así presiono un poco más. Empiezo a moverme. A embestirla lentamente. Ella gime y me sujeta la pierna con la mano cada vez que entro con fuerza en ella. Suena cuando nuestros cuerpos se juntan y hay un leve chirrido de la cama. Quiero calmar mi deseo y me muevo cada vez más, tanto que ella empieza a gritar que se corre…

1 comentario:

  1. Me gusta mucho como escribes, te voy a seguir y te enlazo en mi blogroll... escribimos un blog también erótico, aunque me temo que yo soy bastante menos sutil que tú, jajajaja.
    De todos modos me encanta.

    Saludos.

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